Cuando observamos las reacciones de los animales, ya sea los domésticos o los salvajes, les atribuimos sentimientos a cada una de sus manifestaciones naturales.
Suponemos que, si alguien llama a la puerta del hogar y el perro ladra, lo hace porque es “guardián” y quiere avisarnos de que hay extraños afuera. Y si mueve la cola suponemos que está contento.
Pero ¿sabemos a ciencia cierta qué sienten los animales y por qué reaccionan de una manera u otra?