Bill Gates, Elon Musk y las cinco horas para el éxito

En los tiempos que corren todos sentimos que el día no nos alcanza para hacer todo lo que debemos y queremos hacer.

La mayoría de las personas se sienten sobreexigidas y la jornada laboral puede resultar demasiado larga y agotadora para muchos empleados y directivos, especialmente los que trabajan en grandes empresas, donde la competencia suele ser encarnizada por el afán de ocupar una mejor posición.

Y, en general, son las mujeres las que más sufren esa sensación de que el tiempo es muy limitado para la cantidad de tareas que tienen que cumplir, además de atender a la diaria jornada laboral.

Los quehaceres domésticos, el cuidado personal y la atención de la familia incluso puede llegar a impedir que los días no laborables, como el sábado y el domingo, sean ocupados por tareas que quedaron sin resolver en el resto de la semana.

Sin embargo si observamos la vida de las personas públicas reconocidas como exitosas, vemos que al parecer tienen tiempo para todo.

No sólo se destacan por la cantidad de trabajo que pueden realizar y, por qué no decirlo, por las remuneraciones que reciben, sino que comprobamos que suelen tener una vida social bastante intensa, tiempo para la práctica de actividades físicas variadas y especialmente, aunque ya no exclusivamente, en el caso de las mujeres, para dedicar alguna hora semanal al cuidado personal, por ejemplo en un gabinete o en un spa.

Además de que nos provocan una “sana envidia” como suele decirse, muy eufemísticamente, todos nos preguntamos cómo hacen para llevar una vida tan intensa.

Bill Gates, Elon Musk y Oprah Winfrey acuden en nuestra ayuda

Según se ha difundido recientemente al parecer éstas, entre otras personalidades exitosas, ponen en práctica la llamada regla de las cinco horas.

Dando por supuesto que a cualquiera de nosotros nos queda una hora libre en cada uno de los días de una semana laboral (de lunes a viernes) al parecer el secreto estaría en no desperdiciar esa hora en tareas banales sino en tratar de aprovecharla para estudiar, leer y aprender algo nuevo, desarrollar un oficio, practicar alguna disciplina que nos permita incrementar nuestra capacidad laboral y ser más creativos, o realizar alguna actividad que difiera totalmente de las que realizamos a diario y que en muchos casos ya se han vuelto casi automáticas.

Esa hora diaria, bien aprovechada, contribuiría a mejorar nuestras capacidades intelectuales, artísticas y emocionales. Y, lo que no es menor, nos permitiría salir de las rutinas que nos empobrecen mentalmente y nos hacen sentir que estamos desperdiciando nuestra vida en la búaqueda de un bienestar exclusivamente material.

La distribución del tiempo en un día laborable

Suponiendo que una jornada laboral nos insume entre ocho y nueve horas al día, y considerando que todos deberíamos tener entre siete y ocho horas de sueño reparador, todos contamos con ocho horas de las que podemos disponer para realizar tareas personales: aseo del hogar y personal, comida, transporte.

Y lo que recomiendan todas las personalidades exitosas que hemos mencionado, y también han practicado muchas personalidades destacadas a lo largo de todos los tiempos, es utilizar una de esas horas, de lunes a viernes, para practicar una actividad que incremente nuestras capacidades personales, mejore nuestra productividad y le permita a nuestros cerebros adquirir nuevas destrezas.

Por supuesto todos sabemos que al final de una jornada laboral solemos sentirnos lo suficientemente cansados como para preferir sentarnos a ver una película o un programa de televisión que nos divierta, o contestar los mensajes recibidos durante el día y que quedaron para mejor momento porque no eran urgentes.

Pero si logramos hacernos cargo de que estamos desperdiciando nuestro valiosísimo y escasísimo tiempo libre, tal vez podamos dedicar ese rato de expansión a la práctica de algún juego que mejore nuestra capacidad cognitiva, como puede ser el ajedrez, o aprender a tocar algún instrumento musical que nos guste, actualizar nuestros conocimientos científicos o aprender a dibujar.

La pandemia de COVID nos dejó una enseñanza muy interesante.

Para aprender no es necesario salir de casa. Para ver exposiciones artísticas, aprender un idioma nuevo, disfrutar de un concierto, de una obra de teatro clásico o de una exposición de obras de arte, lo podemos hacer desde nuestro propio hogar.

Si seguimos la regla de las cinco horas, tal vez lleguemos a ser tan exitosos como quienes la recomiendan. Y si no lo logramos completamente, al menos habremos aprovechado mejor nuestra vida.

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