Según han determinado recientes investigaciones, cuando las personas conversan o comparten una experiencia, sus ondas cerebrales se sincronizan.

Te preguntarás cómo puede suceder.

Según la neurociencia, las neuronas ubicadas en la región cerebral correspondiente a la actividad compartida por ambos cerebros se disparan al mismo tiempo, creando patrones coincidentes, como si fueran dos bailarines realizando una misma coreografía.

Lo que en lenguaje vulgar se denomina estar en la misma longitud de onda con otra persona se ha transformado en algo real, visible en la actividad cerebral.

La sincronización de ondas cerebrales entre dos individuos de una misma especie social es un fenómeno interesante que ha sido objeto de investigación en los campos de la neurociencia social y la psicología.

Esta sincronización, también conocida como acoplamiento cerebral o interacción neural, se refiere a la coincidencia temporal de las señales eléctricas en el cerebro de dos o más personas mientras interactúan o se comunican entre sí.

Estas investigaciones están comenzando a revelar nuevos niveles de riqueza y complejidad en la sociabilidad.

Por ejemplo, se ha comprobado que en las aulas donde los estudiantes interactúan con el maestro, sus patrones de procesamiento cerebral comienzan a alinearse con los de ese maestro, y una mayor alineación puede significar un mejor aprendizaje.

También se demostró que las parejas de enamorados exhiben mayores grados de sincronía cerebral que las parejas no románticas, al igual que los amigos cercanos en comparación con los conocidos más distantes.

Algunos hallazgos importantes relacionados con la sincronización de ondas cerebrales entre individuos incluyen:

Empatía

Se ha demostrado que cuando dos personas se muestran empáticas entre sí, sus ondas cerebrales tienden a sincronizarse, especialmente en regiones cerebrales asociadas con la empatía y la comprensión de las emociones de los demás.

Coordinación en tareas colaborativas

En situaciones en las que dos personas trabajan juntas en una tarea colaborativa, sus cerebros pueden sincronizarse en ciertas áreas cerebrales que están involucradas en la coordinación de acciones y el procesamiento de información relevante para la tarea.

Conexiones sociales

La sincronización de ondas cerebrales también puede estar relacionada con la formación y el fortalecimiento de conexiones sociales. Se ha sugerido que la sincronización cerebral podría jugar un papel importante en la creación de lazos sociales y en la cohesión grupal.

Los investigadores están encontrando evidencia de que la sincronía intercerebral prepara a las personas para la interacción y comienzan a entenderla como un marcador de relaciones.

Dado que las experiencias sincronizadas suelen ser agradables, los investigadores sospechan que este fenómeno es beneficioso: nos ayuda a interactuar y puede haber facilitado la evolución de la sociabilidad.

Este nuevo tipo de investigación sobre el cerebro también podría aclarar por qué no siempre empatizamos con algunas personas o por qué el aislamiento social es tan dañino para la salud física y mental.

Métodos para estudiar la sincronización cerebral

Existen varios métodos para estudiar la sincronización de ondas cerebrales entre individuos.

Electroencefalografía (EEG)

La EEG es una técnica no invasiva que registra la actividad eléctrica del cerebro a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo.

Al medir la actividad eléctrica cerebral en dos o más individuos durante una interacción social, los investigadores pueden detectar si sus ondas cerebrales tienden a sincronizarse en ciertas frecuencias.

Hiperescaneo con resonancia magnética funcional (fMRI)

Esta técnica implica el uso de fMRI para escanear simultáneamente el cerebro de dos personas mientras interactúan en determinada actividad.

La fMRI mide los cambios en el flujo sanguíneo relacionados con la actividad cerebral, lo que permite a los investigadores identificar patrones de actividad cerebral que pueden estar sincronizados durante la interacción social.

Espectroscopia funcional del infrarrojo cercano (fNIRS)

Esta técnica rastrea los cambios en los niveles de oxígeno en el flujo sanguíneo, empleando solo una capa de luces y sensores (la sangre rica en oxígeno interactúa con la luz de manera diferente que la sangre menos oxigenada). Es más barata y menos exigente de administrar que fMRI, pero también es más limitada porque alcanza sólo los niveles superiores del cerebro.

Para establecer las bases neurales de los cerebros que interactúan, los neurocientíficos también están recurriendo a otras especies en las que pueden investigar a niveles más profundos de detalle neurobiológico que en los humanos.

Entre los mamíferos sociales que están estudiando, algunos de los más intrigantes y sorprendentes son los murciélagos y los ratones.

En el año 2019, dos investigadores fueron los primeros en demostrar que los cerebros de los murciélagos se sincronizan igual que los cerebros humanos.

Ese estudio demostró lo que probablemente sea el más simple de los múltiples niveles de significado que conlleva la sincronía: es una fuerte señal de interacción social.

En los murciélagos, está presente sólo cuando están juntos. Pero nunca se produce cuando están aislados, aunque puedan establecer algún tipo de comunicación con el resto del grupo.

Algunas consideraciones adicionales

Hay algunas consideraciones adicionales que podrían ser interesantes acerca de la sincronización de ondas cerebrales entre individuos.

Contexto y tipo de interacción

La sincronización de ondas cerebrales puede variar según el contexto y el tipo de interacción social.

Diversos estudios han encontrado que la sincronización cerebral puede ser más fuerte, como ya se señaló, entre amigos cercanos o parejas románticas que entre desconocidos.

Además, la naturaleza de la interacción (por ejemplo, una conversación, una actividad colaborativa o una competencia) también puede influir en el grado de sincronización cerebral.

Factores que afectan la sincronización cerebral

Varios factores pueden influir en la sincronización de ondas cerebrales entre individuos.

Estos incluyen factores personales, como la personalidad, la empatía y la capacidad de sintonizar con los demás, y factores externos, como el lenguaje utilizado (la sincronización se facilita si las personas hablan el mismo idioma), las expresiones faciales, el tono de voz y el contacto visual durante la interacción.

Aplicaciones en neurociencia y tecnología

El estudio de la sincronización cerebral tiene aplicaciones potenciales en diversas áreas.

En neurociencia, puede ayudar a comprender mejor los mecanismos subyacentes de la interacción social y cómo se establecen los lazos sociales.

En el campo de la tecnología, la sincronización cerebral puede ser relevante para el desarrollo de interfaces cerebro-computadora más avanzadas, que permitan la comunicación directa entre cerebros o la interacción más natural entre humanos y máquinas.

Sincronización en grupos

Además de la sincronización de ondas cerebrales entre dos individuos, también se ha investigado la sincronización cerebral en grupos más grandes.

Algunos estudios sugieren que cuando varias personas se unen en una actividad cooperativa o social, sus cerebros pueden sincronizarse en patrones complejos y altamente coordinados, lo que se ha denominado sincronización cerebral en red.

Sincronización cerebral y trastornos neuropsiquiátricos

La investigación sobre la sincronización cerebral también ha arrojado luz sobre cómo puede verse afectada en personas con trastornos neuropsiquiátricos, como el autismo o la esquizofrenia.

Estos trastornos a menudo se asocian con diferencias en la conectividad cerebral y la coordinación funcional entre regiones cerebrales durante las interacciones sociales.

En resumen, la sincronización de ondas cerebrales entre individuos es un campo de investigación emocionante que puede proporcionar una comprensión más profunda de cómo los cerebros humanos interactúan y se conectan socialmente.

A medida que la tecnología y las técnicas de neuroimagen avancen, es probable que se obtenga un conocimiento mayor sobre este fenómeno fascinante y sus implicaciones en la psicología y la sociedad.

Pero también es esencial destacar que, si bien la sincronización de ondas cerebrales entre individuos parece ser un fenómeno real y relevante en el contexto social, aún es un área de investigación activa y en desarrollo.

La interpretación de estos hallazgos debe hacerse con precaución, y se necesitan más estudios para comprender completamente los mecanismos y las implicaciones de la sincronización cerebral en las interacciones sociales.