¿Dolor de espalda? Cinco causas que te sorprenderán

Se considera que cuatro de cada cinco personas, en todo el mundo, padece ciática, dolor de espalda, de cuello, de hombros o brazos, en algún momento de su vida adulta.

Esos dolores son provocados habitualmente por alteraciones en las diversas estructuras que rodean a la columna vertebral.

En muchos casos son dolores pasajeros, provocados por el transporte de una carga excesiva, un movimiento inadecuado o la permanencia prolongada ante el ordenador, especialmente si el asiento utilizado no es ergonómico o si no se controla que la postura sedente sea la más cómoda y adecuada posible.

Pero a veces los dolores se vuelven permanentes y suelen inducir a quienes los padecen a intentar aliviar la persistente molestia con medicamentos que solamente producen un alivio pasajero y además, utilizados durante un tiempo prolongado, pueden deteriorar las funciones vitales de algunos órganos, entre ellos el riñón y el hígado.

Sin embargo algunas molestias relacionadas con los dolores de espalda, alta o baja, pueden mejorarse e incluso desaparecer, utilizando soluciones sencillas que solamente requieren modificar algunos comportamientos habituales.

La American Association of Retired Persons (AARP), organización sin fines de lucro radicada en los Estados Unidos, detalla, en una de sus habituales publicaciones, cinco causas que pueden producir dolor de espalda y que no son tenidas en cuenta por la mayor parte de la población.

1. Depresión

Una investigación de la Universidad de Sydney (Australia) comprobó que las personas que tenían una personalidad melancólica o con tendencia a la depresión, sufrían dolores de espalda en una mayor proporción que quienes no tenían ese tipo de personalidad.

Aún no se ha establecido una relación vincular entre el dolor de espalda y los estados depresivos.

Pero lo que sí está claro que las personas depresivas generalmente hacen menos ejercicio y no encuentran motivación para realizar actividades que impliquen un compromiso corporal, como caminatas con amigos, baile, o prácticas deportivas.

Muy comúnmente también sienten, a nivel emocional, que por alguna razón en sus vidas llevan una pesada carga sobre sus espaldas, y tienden a caminar más encorvadas, con el pecho hundido y la cabeza baja.

En estos casos lo conveniente sería recurrir a un terapeuta que ayude a superar las situaciones que consideramos negativas.

2. Caderas estrechas

Una vida sedentaria va disminuyendo día tras día la movilidad de la cadera y produce deterioro en las articulaciones.

Si además no nos sentamos de la manera adecuada, ejerceremos una recarga en el peso que debe soportar la columna lumbar lo que a su vez provocará un deterioro en los discos intervertebrales.

Comúnmente la gente se inclina hacia adelante cuando trabaja en la computadora. Y en los adultos mayores esa postura inadecuada se vuelve aún más frecuente a causa de las alteraciones en la capacidad visual.

3. Sobrepeso en la parte delantera del cuerpo

Es por todos conocido que el sobrepeso produce dolores en la espalda.

Un abdomen voluminoso modifica la natural postura erguida y hace que la pelvis aumente la curvatura de la columna vertebral.

Este problema también suele producirse en el caso de las mujeres que poseen naturalmente un busto demasiado voluminoso y en quienes se someten a cirugías destinadas a aumentar el volumen mamario.

En estos casos lo aconsejable es utilizar un buen sujetador y consultar a un cirujano plástico que actúe con criterio profesional para aconsejar el uso de prótesis del tamaño adecuado.

4. Una mala postura y un uso excesivo del celular

En la actualidad la gente pasa todo el día consultando su celular.

Lo vemos habitualmente en los medios de transporte, por las calles y en todos los lugares públicos.

La mayoría de las personas caminan cabizbajas, leyendo y contestando mensajes.

Lo cual, además de ponerlas en riesgo de sufrir un accidente, produce una recarga innecesaria de la columna vertebral y contribuye a la inflamación de las articulaciones.

Lo recomendable es mantener siempre una postura erguida, y no hundir el pecho. Es suficiente con bajar la vista para revisar el dispositivo, sin necesidad de inclinar también la cabeza.

5. Problemas en los pies

Las personas que tienen alguna malformación en sus pies suelen sufrir con mayor frecuencia dolores de espalda, especialmente en la zona lumbar.

Las malformaciones más comunes son el pie cavo, el pie valgo y las producidas por la fascitis plantar (dolor del talón).

Ambas alteraciones del arco plantar, tanto en el caso del pie plano como en el pie valgo, pueden ser atenuadas con el uso de plantillas ortopédicas, de manera que lo conveniente es consultar a un médico de la especialidad.

Las fascitis plantares requieren diferentes tratamientos que también deben estar a cago de medícos especializados.

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