El divorcio puede poner en peligro la salud

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Según recientes investigaciones, los efectos de un divorcio pueden ser duraderos.

Un divorcio es una crisis de vida. Y sus consecuencias son más impactantes para las parejas que han compartido un largo matrimonio y para aquellos que ya tienen hijos.

La mayoría de las personas sufren síntomas de salud mental después del divorcio, durante uno o dos años.

Si transcurrido ese tiempo una persona sigue experimentado ansiedad o depresión intensas, o no logra adaptarse a su nueva vida, es aconsejable solicitar ayuda profesional.

Efectos físicos del divorcio

Una investigación publicada en el el Journal of Men's Health encontró que las personas divorciadas presentan tasas más altas de mortalidad, depresión, enfermedades y abuso de sustancias que las personas casadas, aun cuando han transcurrido varios años desde el divorcio.

Las enfermedades más comunes incluyen enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, y problemas digestivos o metabólicos.

También tienen más probabilidad de sufrir problemas de movilidad y depresión.

En lo que respecta a la tasa de mortalidad de los hombres divorciados es mayor que la de los hombres casados.

Después de un divorcio el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular se incrementa un 24% en los hombres, y luego de un segundo divorcio el riesgo se eleva al 77%.

En las mujeres predominan las enfermedades relacionadas con un debilitamiento del sistema inmunológico.

Qué hacer para evitar los riesgos para la salud

En las mujeres generalmente la situación más estresante es la pérdida del nivel de vida por falta de ingresos.

En muchos casos los padres no se hacen cargo del pago que corresponde a los gastos de educación y crianza de los hijos, y a las mujeres se les vuelve difícil la doble tarea de cuidar del hogar y de los niños y tener que buscar un trabajo remunerado.

En estos casos es conveniente buscar el apoyo de amigos y familiares y, en caso de que el estrés se vuelva crónico, lo aconsejable es buscar ayuda terapéutica para aprender a lidiar con el estrés de maneras positivas, que preservan la salud.

Otra manera positiva de contrarrestar los posibles efectos negativos del divorcio es centrarse en desarrollar un sentido de identidad: buscar nuevas amistades; intentar realizar actividades deportivas o recreativas que se dejaron pendientes por privilegiar la relación de pareja; completar estudios que quedaron pendientes y que tal vez sean una oportunidad para mejorar una relación laboral nueva.

También es importante retomar el cuidado personal, que en muchos casos pudo haber sido descuidado por el cuidado de los hijos y la pareja.

El cuidado personal no es egoísta. Es una de las maneras de aumentar la confianza en uno mismo, y también de ser valorado por los demás.

En muchos casos las relaciones matrimoniales se vuelven absorbentes y casi simbióticas, especialmente las que son de larga data.

Cada miembro de la pareja, una vez culminada la tramitación del divorcio y cumplido un lapso en el cual se hará el duelo emocional por la pérdida sufrida, debe tomar conciencia de que ha ingresado en una etapa diferente, en la cual deberá retomar las riendas de su vida, sin tener ya el apoyo o la complicidad del otro.

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