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BOLETIN OFICIAL N 5480

El comercio internacional de la carne de cerdo durante el pasado año alcanzó las 7 millones de toneladas, las cuales son exportadas principalmente por EEUU 34%, Unión Europea 31%, Canadá 17% y Brasil 8,4%, y los principales destinos de importación son Japón 21%, China 13%, México 13% y Rusia 7,4%.
Figura 2. Principales exportadores e importadores de carne de cerdo.

Esta producción históricamente siguió la evolución de los precios de los granos. En la década del 90, el sector experimentó un importante cambio tecnológico y de gerenciamiento, ya que mediante la intensificación de los sistemas de producción, la mejora genética y la formulación de raciones equilibradas se logró mejorar los índices productivos y obtener productos diferenciados de alta calidad. Al integrarse la industria con la producción primaria se modificó la organización de la cadena productiva comercial.
Este proceso implicó importantes inversiones, tanto en infraestructura como en instalaciones y equipos destinados al confinamiento, los cuales fueron provistos por empresas extranjeras especializadas que se radicaron en el país.
Luego de la devaluación de la moneda ocurrida en el 2002 las condiciones macroeconómicas para la producción porcina en el país mejoraron considerablemente, en especial por el encarecimiento de la importación de carne de cerdo y el mejoramiento de los precios internos en términos reales Brunori, 2013. Esto permitió que en los últimos años se produjera un crecimiento sostenido la actividad, superando en el año 2014 las 5 millones de cabezas faenadas con una producción de 442 mil Tn.
Figura 4. Evolución de la producción de carne porcina en Argentina.

Fuente: Elaboración propia con datos del Area Porcinos - Dirección Nacional de Producción Ganadera. Dirección de Porcinos, Aves de Granja y No Tradicionales, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

Las proyecciones sobre el consumo mundial de carnes elaboradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE para el período considerado entre los años 2010 y el 2020 posicionan a la carne porcina con un crecimiento intermedio entre la carne aviar y la vacuna, diferenciado según se trate de países desarrollados o en vías de desarrollo. En los países desarrollados la tendencia del consumo se encuentra consolidada, mientras que en los países emergentes el incremento del ingreso per cápita ha permitido a la población acceder a este tipo de carne, que por sus características nutricionales y organolépticas es apreciada por el segmento de mayores ingresos Brieva y Costa, 2014.
Se espera que a nivel internacional el consumo se oriente a la búsqueda de alimentos sanos, con crecientes niveles de exigencias relacionadas con la seguridad alimentaria inocuidad y calidad magro, terneza de la carne porcina. La buena alimentación en la etapa productiva y el mejoramiento en las prácticas de crianza, han permitido obtener un tipo de carne magra tendiente a satisfacer un mercado de consumidores, exigentes en materia de calidad y control sanitario, cada vez más preocupados por su salud.
Las perspectivas de crecimiento del consumo de carne de cerdo a nivel mundial muestran una tendencia creciente, tanto en frecuencia como en cantidad, sobre todo en la UE, Estados Unidos y algunos países de Asia. De acuerdo con estimaciones de la FAO el consumo promedio alcanza los 17 kg/
hab/año, con países que superan ampliamente la media como Austria 73
kg, España 67 kg, Dinamarca 65 kg y Alemania 53 kg. En América del Sur, Chile es el país con mayor consumo con un promedio de 30 kg/hab/año y Brasil, cuarto exportador a nivel mundial, supera los 13,7 kg/hab/año.
En Argentina, la distribución del consumo de carnes difiere notablemente de la media mundial, con predominio de la carne bovina 59 kg/hab/año y muy por debajo del consumo de carne aviar 40 kg/hab/año. La característica distribución de consumo de carnes del país estuvo históricamente relacionada a la disponibilidad de carne bovina, que, acompañada por prejuicios y desconocimiento respecto de la calidad de la carne de cerdo, llevó a que el consumo de cerdo en fresco cortes de carne fuera escaso. En consecuencia, la mayor parte de la producción era destinada a la elaboración de fiambres y chacinados.
Figura 3. Evolución del consumo de carne porcina en Argentina.

Viedma, 28 de Julio de 2016

Fuente: Elaboración propia con datos del Área Porcinos - Dirección Nacional de Producción Ganadera. Dirección de Porcinos, Aves de Granja y No Tradicionales, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

Argentina produce el 0,39% de la carne de cerdo del mundo y participa con el 0,1 % del volumen de carne que se exporta a nivel mundial. Durante el año 2014 se importaron 8.929 Tn con un valor de 38.031 miles de dólares y se exportaron 7.568 Tn de productos porcinos representados principalmente por menudencias y vísceras, harinas animales y carnes frescas.
La marcada tendencia de crecimiento que presenta el sector se ve reflejada en la disminución constante de las importaciones de carne fresca, a pesar del aumento en el consumo interno.
Figura 5. Evolución de las importaciones de carne porcina en Argentina
Fuente: Elaboración propia con datos del Área Porcinos - Dirección Nacional de Producción Ganadera. Dirección de Porcinos, Aves de Granja y No Tradicionales, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Fuente: Elaboración propia con datos del Area Porcinos - Dirección Nacional de Producción Ganadera. Dirección de Porcinos, Aves de Granja y No Tradicionales, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

La evolución del consumo de carne de cerdo en nuestro país históricamente se mantuvo en un valor cercano a 6 kg/hab/año, pero desde hace una década el consumo de carne mantuvo un aumento constante para alcanzar en la actualidad los 10,65 kg/hab/año.

Para el año 2014 se registraron un total de 4.726.245 cabezas y la cantidad de madres alcanza a 946.295 cerdas, las cuales se encuentran distribuidas en 76.305 establecimientos en todo el país SENASA, 2014. En cuanto a la distribución del stock nacional por provincia, existe una marcada concentración en las provincias de la pampa húmeda, donde Buenos Aires posee el 25,12%, Córdoba el 23,40% y Santa Fe el 15,15%. El resto del país tiene el 36,33% del stock.